jueves, 3 de febrero de 2011

"Durante el día prefería apartarse de los demás; andaba lentamente por entre las rocas y recorría las arenas del páramo; soñaba con aquellos lugares frescos y soleados de su alegre y dichosa vida anterior y pasaba largas horas adormecido a la sombra de alguna de las rarísimas palmeras. Solía sentarse al atardecer en un sombrío y abrupto valle rocoso por donde corría un débil arroyuelo y allí tocaba, en una flauta de caña, tristes y melancólicas tonadas que improvisaba en el momento. Cuando sonaban quejumbrosos acentos, los faunos que los oían a lo lejos pensaban con pena en los hermosos tiempos idos. Muchos suspiraban, lastimeros, y se quejaban amargamente. Otros, no sabiendo hacer nada mejor que olvidar los bienes perdidos, se ponían a bailar danzas retozonas al son de los silbidos y voces. [...]"
Hermann Hesse

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