Ni para morirme sirvo,
ni para cantar, ni para amar, ni para vivir.
Ni para respirar, ni para la sinceridad,
ni para la soledad.
Y si a veces creo ver todo con claridad
es porque algún tercero se ha apoderado
de mi mente, se ha metido en ella y ha creado
un terremoto de verdades
recubiertas por mentiras.
Occidente, Oriente... Dá igual.
No importa adónde vaya,
mi cabeza es igual,
la gente es igual.
No hay salida.
1 comentario:
La mayoría de los días pienso igual.
Sólo a veces, pienso que en este mar de gente tiene que haber alguien. Digo, debe existir al menos una persona que valga la pena. Sólo a veces.
El resto del tiempo miro con desesperanza hacia la nada, sintiendo que nada me puede movilizar. Ni nadie. Pero bueno, digamos que yo tampoco soy quien para pretender tanto de los demás. Sin embargo, inevitablemente, lo hago. Si sigo es porque algo espero de mí, tanto como de los demás.
Y espero también de vos, seguro tenés muchas cosas para dar, cosas que particularmente disfruto de ver y leer.
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