Al final es todo producto de mi imaginación infrenable,
de ésta cabeza que no hace más que vivir en un mundo
paralelo al que viven los demás. El punto es que, lo único
que puedo decir, es que son sueños. Sólo eso, sueños,
estúpidos e insignificantes sueños que se mueren en su
propia mierda y se cagan en su propia mierda y se mean
y me mean, y me cagan.
Y aca estoy, cagada, meada, aniquilada por mi mismísima
mierda de sueños podridos.
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